No se el por qué, pero siempre le quise rozar sus dulces labios, desde el primer momento.

domingo, 9 de febrero de 2014

Te echo de menos.

Todo se va perdiendo poco a poco, como un cigarro que se consume a la vez que alguien se lo fuma. Al final todo acaba en cenizas que con el tiempo se elevan, se alejan y se olvidan.
Tú y yo éramos como ese cigarro. Empezamos a fumarlo con deseo y con ansia, emocionados en el comienzo.
Luego a la mitad empezamos a atragantarnos con el humo, aunque conseguimos coger una bocanada de aire y seguir respirando.
Al final el cigarro se acabó y quise otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario